Javier Bustelo · Opni
Trabajos digitales sobre papel y tinta sobre papel.
En 184-159, mi anterior obra, el tema aparente fue entrando inesperadamente, casi a traición. Ahora, en cambio, he querido enfrentarme a esas posibles situaciones: Imagínate que vas por la calle y te encuentras con un ser extraño, extraordinario: mucho más alto o mucho más pequeño de lo habitual, o translúcido, o que en lugar de cabeza le salen del cuello una suerte de tentáculos en movimiento, o con aspecto de otro mundo o de otro siglo,
etc. (Seguramente que Andy Warhol le haría una foto con su polaroid, que le acompañaba a todos lados, y luego ya vería qué pensar, qué decir, qué hacer). Imagínate que vas por la calle y te topas con un objeto insólito por su tamaño o figura desacostumbrada.
Parece que hay personas que ven lo que otros no vemos. La mayoría callan. En todo caso, la percepción cambia para cada uno de nosotros. Al menos eso dicen algunos neurocientíficos. ¿Habrá, acaso, siete mil setecientos millones de maneras de percibir una misma flor? Quizá. ¿Podría ser que tú veas algo que para mí no existe?
En todo caso no es más que un juego. Incluso la vida quizá sea sólo un juego.
Al resultado de este trabajo lo llamé OPNI y EV.
OPNI: Objeto pausante no identificado y
EV: Extraños visitantes.
Podría haberme influido esta distopía que estamos viviendo, sobre todo la primera época.
Pero la idea surgió antes. Aunque, probablemente, el trabajo sí esté afectado de alguna manera por este tiempo incierto que nos ha tocado vivir.