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Luis Manuel Nieto. "CALLADAS PRESENCIAS" Pintura

Luis Manuel Nieto. "CALLADAS PRESENCIAS" Pintura

Cuando, hace unos meses, mi amigo Luis Nieto me invitó amablemente a prologar esta exposición, de gestación larga en el tiempo, pero, también debido a ello, pensada y preparada de forma concienzuda, accedí de muy buen grado. 
No podía ser de otra forma, pues una petición como esta que para mí es un honor, viene mediada por un profundo conocimiento de su persona y de su extensa trayectoria creativa.
Es Luis Nieto uno de nuestros grandes artistas castellano-leoneses a quien, hace pocos años, tuve el privilegio de comisariar, junto a otros creadores, la exposición “Naturaleza
y Geometría” en la Sala 0 del Museo de Arte Contemporáneo de Valladolid Patio Herreriano (14 de diciembre de 2017-14 de enero de 2018).
Ello me permitió principiar una amistad, también acceder a sus obras y criaturas y, lo que me resultó sorprendente, a su taller y al conocimiento directo matérico-creativo que hace
emerger sus producciones en reflexiva realización artesanal, la cual actúa en Luis Nieto como puente entre la imagen mental forjada en primera instancia y su resultado conclusivo, a modo de imagen visible del rico universo interior del artista. 
Así ha sido y es el trabajo creativo de Luis, no obstante haber evolucionado desde presupuestos abstractos e informalistas hacia - ¿punto sin retorno? – un decidido camino de austeridad, linealidad y geometría, sin olvidar fundamentalmente el color, los colores resultantes, puros, planos, esenciales, encerrados en sencillas, que no simples, formas espaciales.
Tales formas: minimalistas, geométricas, abstractas en suma, nos pueden parecer elementales y frías a primera vista. “Una frialdad – como él mismo indica – que roza el silencio”.
Sin embargo, poco hay de silencio en las obras de Luis Nieto. Todo lo contrario. Su arte, medido e inteligente, en nada es ciertamente estridente o estentóreo. Personalidad callada y profunda, las palabras, conceptos, imágenes mentales y visibles de Luis, nacen de una peculiar y sosegada actitud creativa, donde el diálogo entre contrarios, los contrastes surgidos entre, por ejemplo, el uso de materiales de diversa naturaleza, muestran y al tiempo esconden distintos juegos en un estatismo aparente.
Se hace, pues, preciso contemplar con detenimiento estas formas, plenas de ritmos lineales, que esconden movimientos e inspiraciones espontáneos y azarosos: los juegos aleatorios, aunque calculados, de la parafina caliente y luego solidificada (“Estructuras blanco y negro”, 2015); los leves toques de color puro, siempre diferentes, pero encerrados en una armonía seriada (“Danza multicolor”, 2015-2016); la elegante esencialidad, ritmo y diversidad de “Notas blancas y negras sobre azul”, de 2013; las precisas secuencias de sus “Transfiguraciones” de 2013; el sublime y contrastado color azul de sus “Módulos azul ultramar” (2013).
Hay, en definitiva, color, música, poesía, forma, volumen, concepto, en permanente y profundo diálogo. Pensamientos reflexivos y emotivos nacen del diálogo contrastado en diversos niveles, como precisa el propio Luis Nieto a propósito de sus “Secuencias Oriente-Occidente 3” o de “Cielo-Tierra 1” y “Cielo-Tierra 2”; y de tantas otras: “Entre la frialdad industrial, racionalista, translúcida del papel vegetal y la calidez opaca, orgánica e imperfecta del papel hecho a mano. Entre lo orgánico del polvo de antracita o el de la marmolina o el de la sal, con el acabado mate de la pintura plástica y el metacrilato de fabricación industrial”.
Diálogo, insisto, contrastado, pureza esencial, compleja sencillez, manifestada en estas y otras obras, también en los títulos que las acompañan, en nada gratuitos o pretenciosos, así como en los temas desarrollados en anteriores exposiciones: “Secuencias”; “Armonía y Destrucción”; Núcleos y Radiogeometrías”; “Pequeños sucesos”; “Diálogos con la materia”, etc. 
Ahora que lo pienso, quizá esta presentación se halle llena de comentarios bienintencionados, pero probablemente superfluos, pues, como me dice Luis Nieto con su voz queda y profunda: “El arte no necesita de demasiadas explicaciones, no esconde nada, no hay recado oculto alguno, es lo que se ve”.
Sin embargo, yo que, repito, he podido asistir en su taller a alguno de los procesos artesanales en lucha con los materiales empleados, no estoy tan de acuerdo con la humilde posición de Luis. Aconsejo, por el contrario, una muy detenida contemplación de sus obras; existe en ellas mucha alma, mucho empeño, mucha presencia callada.

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